domingo, 11 de agosto de 2013

A QU RAMA DE CARRERAS PROFESIONALES PERTENECEN LOS COACH?




1.- EL COACH NO ES UN FILÓSOFO.
el coaching puede que sea una filosofía, pero no es filosófico. El método socrático surge en los diálogos de su alumno Platón, como personaje fundamental de esa obra, a cuyos márgenes se ha escrito la historia de la filosofía que es también la historia del pensamiento occidental. Peñalver señala con precisión, que "la dialéctica enseña lo que encuentra enseñando"
De todos es sabido, que el método de Sócrates es el mayeútico. Aquel que por medio de preguntas al interlocutor, va extrayendo lentamente la sabiduría o la sapiencia del interpelado. Clásicamente se ha interpretado como si de un proceso propio de una matrona se tratara. La madre de Sócrates se dice que era comadrona de partos en Atenas. En este sentido se dice que el proceso socrático consiste más en sacar-de, que en poner-en
Y de ahí, que muchos coachings afirmen que como Sócrates, el coach nunca puede poner o imponer la sapiencia, sino que debe hacer que salga a la luz del coachee (interpelado). Como si el coach hiciera despertarnos del olvido del ser heideggeriano. El mismo Steiner, interpretó que Sócrates no enseñaba nada. Pero lo cierto es, que Sócrates murió envenenado con cicuta, por sus conciudadanos coacheados o enseñados. ¿Quiere acabar igual, el Coach?...El coach no puede afirmarse como "aquel que solo sabe que no sabe nada". El coach no puede limitarse a escuchar oráculos de Delfos, ni a pitonisas griegas. El coach no puede ejercer como una partera. Sócrates fue condenado por Atenas, por eso fue el "tábano" de Atenas. Sócrates quería demostrar con su método que nadie sabe que no saben nada. Que es muy distinto. Sócrates no complacía a su pupilo, sino que lo escocía y lo aguijoneaba como el tábano sobre la vaca Io.
2.- EL COACH NO ES UN PSICÓLOGO.
Es cierto que para ejercer el coaching no es necesario ser psicólogo. Pero hay quien afirma que cuando se habla de coaching, se habla fundamentalmente de psicología. . Sin embargo, el psicólogo está asociado al análisis y tratamiento de patologías, mientras que el coaching analiza y trata ¿con disfunciones?...En realidad, la dualidad se origina por el principio psicológico del psicoanálisis, ya que por esta práctica freudiana, lo que se busca son "defaults" en la infancia escondida en el inconsciente. El coaching, por el contrario, se distancia de esas profundidades. El coaching no trata con pacientes. El coach sustituye la relación vertical por una relación horizontal, entre entrenado y entrenador. Autores como Grant, lo definen como aquel proceso que facilita el "aprendizaje autodirigido".
Otros como Azucena Vega, describen al coaching como "un alter ego que ayuda a sacar lo mejor de sí mismo...a las personas sanas"  Incluso hay quien establece la relación entre el coaching y el fast food por un lado, y la psicología con el cocido . También es necesario decir, que especialidades de la psicología como la social o la psicología de las organizaciones proporcionan metodología útil para aplicar técnicas de coaching a cualquier actividad que requiera cierto grado de productividad
3.- EL COACH NO ES UN MAESTRO.
Si seguimos por este camino de un Coaching que propugna el coach  pero además no es un psicológo psicoanalista. Podemos llegar fácilmente hasta la consideración de que el coach tampoco es un maestro a la vieja usanza. Pues el principal lema de esta concepción del coaching es: "enseñar sin adoctrinar", donde el Otro es el Experto.
Este coach no tiene respuestas pues las respuestas yacen en el interior del entrenado, que se supone o presupone tendrá todas los recursos cognitivos y sapienciales para obetener lo que desee.
En este momento es cuando el Coaching invierte la lógica tradicional: es la actitud del que aprende la que da sentido al que enseña y por consiguiente se preguntan "¿Quién debería cobrar?"  El coach de este modo, ni aconseja, ni opina, ni actúa, ni promueve... Lo que parece ser que sí puede realizar el coaching, es el hecho de desbloquear las potencialidades de la persona para aumentar su desempeño. De aquí hasta la política del "maestro ignorante", de Jacques Ranciere, hay sólo un paso. (Rancière J., El Maestro Ignorante, Editorial Alertes,
4.- EL COACHING ONTOLÓGICO
Estas afirmaciones sobre lo que es el Coaching que se definen en su mayoría, por "aquello que no es " nos conducen hasta el Coaching Ontológico cuyo principio de acción parece ser el de "enseñar sin adoctrinar". De este principio pedagógico, casi antimetafísico diría yo, podemos deducir el siguiente lema del coaching ontológico: "Aprender a aprender".
Este enunciado pretende mostrar cómo las personas y los profesionales en particular, debemos estar permanentemente en situación de aprender, de conocer nuevos procesos o métodos de trabajo, de lo que en otros ambientes ha venido en llamarse la formación-contínua. A diferencia de un devenir social clásico, en el que los individuos pasaban por la vida, entrando de una institución y saliendo de ella hacia a otra pero como si fueran fases de evolución: del parvulario al colegio, del colegio al instituto, del instituto a la universidad, de la universidad a la empresa.
Debajo de este planteamiento sistémico entorno al coaching y más en general, alrededor de la Educación y la Formación, aparece el deber de renunciar o de abandonar modelos mentales de comportamiento heredados de la tradición clásica. Me refiero a valores tradicionales, del cómo hacer/pensar las cosas. Entre esos nuevos modos opuestos al tradicional, cabría destacar el de hacer/pensar pidiendo siempre aprobación o permiso, ya sea del profesor hacia el alumno, del coaching hacia el entrenado, etc. El Coach se convierte en una figura que no habla desde el púlpito, ni desde la tarima, ni desde el atrio, porque no tiene nada que decir, ni tampoco nada que enseñar, sino que trata de cuestionar desde el lugar de la "no-verdad" o mejor dicho desde un topoi donde la verdad o la certeza están ausentes.
En este sentido, el Coaching habla desde la ironía de Sócrates cuando decía éste que "sólo sabe que no sabe nada" pero en sentido totalmente distinto. Mientras Sócrates lo hace para denunciar la ignorancia del interpelado, de su alumno, de su entrenado; el Coaching sin embargo ejecuta desde el mismo origen una acción opuesta, que consiste en elevar al necesitado de entrenamiento o de saber, hasta el olimpo de la autosabiduría.
En los principios ontológicos de este modelo de coaching, destaca la ruptura del clásico modelo de poder político para dejar emerger otra propuesta disruptiva que afirma la ignorancia del maestro, la ignorancia del superior, la estupidez del adoctrinador de verdades supuestamente objetivas. Me alegra leer como algún articulista profesional de los RRHH, se hace eco de algunos comentarios referidos al coaching, que lo relacionan con influencias teóricas de la escuela psicológica de Palo Alto.  A cuya cabeza está el siempre admirado doctor Gregory B. (que no es el doctor House, aunque éste también podría serlo). Por eso es normal que los psicólogos profesionales se enfaden cuando se exige que el coaching sea una rama de la Ciencia psicológica.
Lo cierto es que el Coaching ontológico aplica conocimientos o técnicas propias del PNL (programación neurolingüística). Cuya relación con el método practicado es clara, ya que el coaching ontológico trabaja sobre tres dominios o medios: el lenguaje, el cuerpo y la emoción
En tal metodología, se trata al lenguaje como una función generativa, en contraposición al análisis clásico y tradicional del lenguaje en tanto "functor" meramente descriptivo. De tal modo que el lenguaje es creador de realidades (subjetivas) que pueden llegar a ser objetivas. Se pierde la distinción entre lo objetivo y lo subjetivo. El lenguaje del signo lingüístico como el lenguaje del sema somático (corporal) funcionan como productores de realidad subjetivizada. El lenguaje ya no es entonces considerado como una herramienta de representación de lo real, sino como herramienta de producción de lo real.
Llegados a este punto, podemos relacionar este Coaching ontológico con la filosofía de la neopedagogía actual fundada alrededor del aprendizaje 2.0 cuyas herramientas pedagógicas son las mismas que las de la web 2.0 o incluso las de la web 3.0. Pedagogía educativa donde el profesor no incide en los contenidos evaluativos del alumno, ni tan siquiera en la guía o editorial de los mismos contenidos, ni tampoco en la evaluación de los mismos. De acuerdo a esta filosofía del Coaching ontológico, en este caso el maestro-coach es más un profesional del coaching que un experto en la materia de la asignatura.
Quizás con este nuevo neoaprendizaje, estemos cultivando en nuestras escuelas una enorme plantilla de futuros coachings ontológicos, que no tendrán nada que enseñar....

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