1.- EL COACH NO ES UN FILÓSOFO.
el coaching puede que sea
una filosofía, pero no es filosófico. El método socrático surge en los
diálogos de su alumno Platón, como personaje fundamental de esa obra, a
cuyos márgenes se ha escrito la historia de la filosofía que es también
la historia del pensamiento occidental. Peñalver señala con precisión,
que "la dialéctica enseña lo que encuentra enseñando"
De todos es sabido, que el método de Sócrates es el mayeútico. Aquel que
por medio de preguntas al interlocutor, va extrayendo lentamente la
sabiduría o la sapiencia del interpelado. Clásicamente se ha
interpretado como si de un proceso propio de una matrona se tratara. La
madre de Sócrates se dice que era comadrona de partos en Atenas. En este
sentido se dice que el proceso socrático consiste más en sacar-de, que
en poner-en
Y de ahí, que muchos coachings afirmen que como Sócrates, el coach nunca
puede poner o imponer la sapiencia, sino que debe hacer que salga a la
luz del coachee (interpelado). Como si el coach hiciera despertarnos del
olvido del ser heideggeriano. El mismo Steiner, interpretó que Sócrates
no enseñaba nada. Pero lo cierto es, que Sócrates murió envenenado con
cicuta, por sus conciudadanos coacheados o enseñados. ¿Quiere acabar
igual, el Coach?...El coach no puede afirmarse como "aquel que solo sabe
que no sabe nada". El coach no puede limitarse a escuchar oráculos de
Delfos, ni a pitonisas griegas. El coach no puede ejercer como una
partera. Sócrates fue condenado por Atenas, por eso fue el "tábano" de
Atenas. Sócrates quería demostrar con su método que nadie sabe que no
saben nada. Que es muy distinto. Sócrates no complacía a su pupilo, sino
que lo escocía y lo aguijoneaba como el tábano sobre la vaca Io.
2.- EL COACH NO ES UN PSICÓLOGO.
Es cierto que para ejercer el coaching no es necesario ser psicólogo.
Pero hay quien afirma que cuando se habla de coaching, se habla
fundamentalmente de psicología. . Sin embargo, el psicólogo está
asociado al análisis y tratamiento de patologías, mientras que el
coaching analiza y trata ¿con disfunciones?...En realidad, la dualidad
se origina por el principio psicológico del psicoanálisis, ya que por
esta práctica freudiana, lo que se busca son "defaults" en la infancia
escondida en el inconsciente. El coaching, por el contrario, se
distancia de esas profundidades. El coaching no trata con pacientes. El
coach sustituye la relación vertical por una relación horizontal, entre
entrenado y entrenador. Autores como Grant, lo definen como aquel
proceso que facilita el "aprendizaje autodirigido".
Otros como Azucena Vega, describen al coaching como "un alter ego que
ayuda a sacar lo mejor de sí mismo...a las personas sanas" Incluso
hay quien establece la relación entre el coaching y el fast food por un
lado, y la psicología con el cocido . También es necesario decir, que
especialidades de la psicología como la social o la psicología de las
organizaciones proporcionan metodología útil para aplicar técnicas de
coaching a cualquier actividad que requiera cierto grado de
productividad
3.- EL COACH NO ES UN MAESTRO.
Si seguimos por este camino de un Coaching que propugna el coach pero además no es un psicológo psicoanalista. Podemos
llegar fácilmente hasta la consideración de que el coach tampoco es un
maestro a la vieja usanza. Pues el principal lema de esta concepción del
coaching es: "enseñar sin adoctrinar", donde el Otro es el Experto.
Este coach no tiene respuestas pues las respuestas yacen en el interior
del entrenado, que se supone o presupone tendrá todas los recursos
cognitivos y sapienciales para obetener lo que desee.
En este momento es cuando el Coaching invierte la lógica tradicional: es
la actitud del que aprende la que da sentido al que enseña y por
consiguiente se preguntan "¿Quién debería cobrar?" El coach de
este modo, ni aconseja, ni opina, ni actúa, ni promueve... Lo que
parece ser que sí puede realizar el coaching, es el hecho de desbloquear
las potencialidades de la persona para aumentar su desempeño. De aquí
hasta la política del "maestro ignorante", de Jacques Ranciere, hay sólo
un paso. (Rancière J., El Maestro Ignorante, Editorial Alertes,
4.- EL COACHING ONTOLÓGICO
Estas afirmaciones sobre lo que es el Coaching que se definen en su
mayoría, por "aquello que no es " nos conducen hasta el Coaching
Ontológico cuyo principio de acción parece ser el de "enseñar sin
adoctrinar". De este principio pedagógico, casi antimetafísico diría yo,
podemos deducir el siguiente lema del coaching ontológico: "Aprender a
aprender".
Este enunciado pretende mostrar cómo las personas y los profesionales en
particular, debemos estar permanentemente en situación de aprender, de
conocer nuevos procesos o métodos de trabajo, de lo que en otros
ambientes ha venido en llamarse la formación-contínua. A diferencia de
un devenir social clásico, en el que los individuos pasaban por la vida,
entrando de una institución y saliendo de ella hacia a otra pero como
si fueran fases de evolución: del parvulario al colegio, del colegio al
instituto, del instituto a la universidad, de la universidad a la
empresa.
Debajo de este planteamiento sistémico entorno al coaching y más en
general, alrededor de la Educación y la Formación, aparece el deber de
renunciar o de abandonar modelos mentales de comportamiento heredados de
la tradición clásica. Me refiero a valores tradicionales, del cómo
hacer/pensar las cosas. Entre esos nuevos modos opuestos al tradicional,
cabría destacar el de hacer/pensar pidiendo siempre aprobación o
permiso, ya sea del profesor hacia el alumno, del coaching hacia el
entrenado, etc. El Coach se convierte en una figura que no habla desde
el púlpito, ni desde la tarima, ni desde el atrio, porque no tiene nada
que decir, ni tampoco nada que enseñar, sino que trata de cuestionar
desde el lugar de la "no-verdad" o mejor dicho desde un topoi donde la
verdad o la certeza están ausentes.
En este sentido, el Coaching habla desde la ironía de Sócrates cuando
decía éste que "sólo sabe que no sabe nada" pero en sentido totalmente
distinto. Mientras Sócrates lo hace para denunciar la ignorancia del
interpelado, de su alumno, de su entrenado; el Coaching sin embargo
ejecuta desde el mismo origen una acción opuesta, que consiste en elevar
al necesitado de entrenamiento o de saber, hasta el olimpo de la
autosabiduría.
En los principios ontológicos de este modelo de coaching, destaca la
ruptura del clásico modelo de poder político para dejar emerger otra
propuesta disruptiva que afirma la ignorancia del maestro, la ignorancia
del superior, la estupidez del adoctrinador de verdades supuestamente
objetivas. Me alegra leer como algún articulista profesional de los
RRHH, se hace eco de algunos comentarios referidos al coaching, que lo
relacionan con influencias teóricas de la escuela psicológica de Palo
Alto. A cuya cabeza está el siempre admirado doctor Gregory B.
(que no es el doctor House, aunque éste también podría serlo). Por eso
es normal que los psicólogos profesionales se enfaden cuando se exige
que el coaching sea una rama de la Ciencia psicológica.
Lo cierto es que el Coaching ontológico aplica conocimientos o técnicas
propias del PNL (programación neurolingüística). Cuya relación con el
método practicado es clara, ya que el coaching ontológico trabaja sobre
tres dominios o medios: el lenguaje, el cuerpo y la emoción
En tal metodología, se trata al lenguaje como una función generativa, en
contraposición al análisis clásico y tradicional del lenguaje en tanto
"functor" meramente descriptivo. De tal modo que el lenguaje es creador
de realidades (subjetivas) que pueden llegar a ser objetivas. Se pierde
la distinción entre lo objetivo y lo subjetivo. El lenguaje del signo
lingüístico como el lenguaje del sema somático (corporal) funcionan como
productores de realidad subjetivizada. El lenguaje ya no es entonces
considerado como una herramienta de representación de lo real, sino como
herramienta de producción de lo real.
Llegados a este punto, podemos relacionar este Coaching ontológico con
la filosofía de la neopedagogía actual fundada alrededor del aprendizaje
2.0 cuyas herramientas pedagógicas son las mismas que las de la web 2.0
o incluso las de la web 3.0. Pedagogía educativa donde el profesor no
incide en los contenidos evaluativos del alumno, ni tan siquiera en la
guía o editorial de los mismos contenidos, ni tampoco en la evaluación
de los mismos. De acuerdo a esta filosofía del Coaching ontológico, en
este caso el maestro-coach es más un profesional del coaching que un
experto en la materia de la asignatura.
Quizás con este nuevo neoaprendizaje, estemos cultivando en nuestras
escuelas una enorme plantilla de futuros coachings ontológicos, que no
tendrán nada que enseñar....
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